Es común encontrar dedicatorias antes de empezar un
libro, ya sea a los padres, amigos, Dios, ídolos literarios, incluso algunos
sentimientos o momentos, pero hay autores que incluso en ese sutil inicio dan
una espléndida visión de lo que su creatividad y originalidad pueden llegar,
tales como los siguientes.
1. La dedicatoria de ‘Austenland’, de Shannon
Hale.
A Colin Firth. Eres un gran tipo, pero estoy
casada, así que creo que debemos ser sólo amigos.
2. La dedicatoria de ‘Fuzzing: Brute Force
Vulnerability Discovery’, de Pedram Amini.
Dedico este libro a George
W. Bush, mi comandante en jefe, cuya impresionante carrera a pesar de su
incompetencia lingüística me inspiró a creer que yo podría escribir un libro.
3. La dedicatoria de ‘La familia de Pascual
Duarte’, de Camilo José Cela.
Dedico esta edición a mis enemigos, que tanto me
han ayudado en mi carrera.
4. La dedicatoria de ‘La casa de las hojas’,
de Mark Z. Danielewski.
Esto no es para ti.
5. La dedicatoria de ‘Primavera con una
esquina rota’, de Mario Benedetti.
A la memoria de mi padre
(1897-1971), que fue químico y buena gente.
6. La dedicatoria de ‘Fundamentos de la
topología algebraica’, de Joseph J. Rotman.
A mi mujer Margarnit y mis hijos Ella Rose y Daniel
Adam, sin los cuales habría terminado este libro dos años antes.
7. La dedicatoria de ‘Cartero’, de Charles
Bokowski.
Esto se presenta como un libro de ficción y no está
dedicado a nadie.
8. La dedicatoria de ‘Coraline’, de Neil
Gaiman.
Empecé este libro para Holly, lo terminé para
Maddy.
9. La dedicatoria de’ Llora, Alegría’, de Cuca
Canals.
¿Se puede dedicar un libro a una gota de agua
salada?
10. La dedicatoria de ‘El manto y la corona
(poemario a un amor no correspondido)’, de Rubén Bonifaz Nuño.
Aquí debería estar tu nombre.
11. La dedicatoria de ‘El Principito’, de
Antoine de Saint-Exupéry.
A LEÓN WERTH;
Pido perdón a los niños por
haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta
persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Pero tengo otra excusa:
esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para
niños.
Tengo una tercera excusa
todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene,
por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada. Si no fueran suficientes
todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace
tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños.
(Pero pocas de ellas lo recuerdan).
Corrijo, por consiguiente,
mi dedicatoria:
A LEÓN WERTH, cuando era niño.
12. La dedicatoria de ‘El castillo ambulante’,
de Diana Wynne Jones.
La idea para este libro me fue sugerida por un niño
en un colegio que había ido a visitar, quien me pidió que escribiera un libro
llamado El castillo ambulante. Escribí su nombre, y lo guardé en un lugar tan
seguro que no he sido capaz de encontrarlo. Me gustaría darle las gracias.
Curiosas ¿no? Podemos notar como desde el comienzo
como una obra ya puede tener la acides o sentimiento o gracia o simplemente una
pizca de su genialidad.
Nota original: http://planetadelibrosmexico.com/12-dedicatorias-de-libros-que-se-pasaron-de-originales/
Leslie Flores Beltrán